Tú, mi sueño (parte 6) FIN
Pasaron
los años, y aunque Mariana cada día lo tiene más superado, esto la acompaña
casi siempre.
Pero
el sentimiento de ahora no es de dolor. Es un recuerdo. Un recuerdo de un hecho
vivido pero que no le hace daño, ni recordarlo, ni hablarlo, ni compartirlo. De
hecho, ahora tiene ganas de compartirlo. Lo tiene superado, no obstante, son cosas
que recuerda debido a la sociedad en la que vivimos.
A
veces escucha la frase de gente más mayor que dicen que les gustaría volver a
ser niños. Mariana siempre piensa que ella no. Yo ya estoy bien donde estoy. No quiero volver atrás. Lo vivido,
vivido esta. De todo se aprende, de lo bueno y de lo malo. Esto fue una etapa
de su vida y ahora solo tenemos que mirar el presente. Mariana solo quiere
vivir en el presente. Disfrutar del presente. Aprovechar el presente. ¿Mañana?
Mañana está muy lejos, ya verá. ¿Ayer? Ayer ya está pasado, no me interesa.
¿Hoy? Hoy es lo mejor, vamos a vivirlo.
Para
Mariana también ha sido una adolescencia bastante difícil. En su interior
siempre predominaba el gorda, el fea, el no vales para nada, el no te querrá
nadie, el no hace falta que lo intentes porque no lo conseguirás, si conocía a
alguien no entendía como a alguien le podía interesar ella… todo, todo, todo,
absolutamente negativo, hasta que llegó un día que Mariana decidió que no
quería continuar así. Que quería ser feliz y superar de una vez por todas estas
situaciones. Pensar solamente en positivo. Ser feliz. Ser feliz. Ser feliz.
Decidió
volver al psicólogo. Se lo comento a algunas de sus amigas para saber si tenían
alguna referencia de alguien y una de ellas le aconsejo una psicóloga. Mariana
decidió ir. Empezó las sesiones (hizo unas 4 o 5) pero ella no encontraba las
respuestas que estaba buscando, así que decidió cambiar de sistema. Le iba bien
por otros temas, pero por este en concreto no. Por lo que quería ella, no.
Comenzó
a leer libros de autoayuda, de coaching, de psicología. En su mesita de noche,
actualmente, tiene unos diez de estos libros. Algunos de ellos los ha leído más
de una vez. Otros los tiene para consultar antes de irse a dormir. Empezó a
devorarlos como nunca había leído. Se empapó de tal forma, que pasado un año de
leer y leer y leer, que su vida dio un giro de 180 grados.
Comenzó
a creer en sí misma. A darle igual si estaba gorda, delgada, con culo o sin
culo… le da igual. Ella solo quiere ser feliz. Ella solo quiere estar bien
consigo misma. Ella solo quiere vivir en paz. Trata que no le afecten los
comentarios de personas que no le importan. Y los de la gente que le importan a
veces también pasa (hahaha) Mariana está empezando a quererse. ¿Y lo mejor de
todo? Le encanta quererse. Disfruta queriéndose. Ha aprendido a valorarse. Y
como dice una de sus frases favoritas muchas
personas te amarán por cómo eres, otras, te odiarán por la misma razón. Así
que no nos queda otra que seguir siendo nosotros mismos. Potenciar nuestra
marca personal. Todos somos únicos, diferentes, irrepetibles… y no pasa nada si
te cortan las alas. Con tiempo y paciencia vuelven a crecer.
Mariana
cree en ella. Mariana tiene ganas de hacer cosas. Muchas cosas. Mariana piensa
solamente en positivo. Mariana busca todas las partes positivas de cualquier
hecho, por más insignificante que sea.
Mariana,
no obstante, hace trabajos internos a diario sobre este tema. Siempre hay un
momento de bajón, está claro, pero solo se permite estar mal como mucho, un día
o unas horas. Ella se dice a sí misma, hoy
si, mañana ya no. Cada día tiene más poder de autocontrol de su mente. Ella
decide estar contenta cada día, pase lo que le pase. Y lo mejor de todo es que
lo consigue. Desde hace un tiempo ya, lo consigue. Y así, Mariana, lo seguirá
haciendo. Porque si está mal, es Mariana la que lo sufre, y si está bien
también, también es ella. Así que ella ha decidido estar bien.
Hoy
termina la historia de Mariana y antes de terminar quiero deciros que mi abuelo
era el que se llamaba Mariano, yo no. Yo, llamaré Mariana a mi hija (si algún
día la tengo) en memoria a la gran persona que era mi abuelo, MARIANO.
Tú,
mi sueño. Avi.
Esta
es la historia de mi vida. La historia de mi infancia. La historia de mi
adolescencia. La que recuerdo con un poco de tristeza al verse truncada por
estas personas. Me gustaría recordarme más de momentos felices. Pero no los
recuerdo. Mis principales recuerdos son malos recuerdos. Son capítulos de
dolor. Aún recuerdo sus caras riéndose llamándome gorda. En sus ojos había odio
y en sus caras una sonrisa, de maldad. Aún recuerdo como él me rompió las gafas
en el patio del cole y yo me las quise arreglar con celo, ya que eran mis gafas
preferidas.
Los
tres, a día de hoy tienen hijos. Yo solo les deseo que a ninguno de estos niños
les pase lo que sus padres me hicieron a mí y a otros niños. Me gustaría también,
que les estén educando para que sus hijos no sean como ellos, en este aspecto.
En ocasiones tenemos que educar diferente a lo que somos o hemos sido. Nuestros
hijos tienen que ser las versiones mejoradas de nosotros.
Los
buenos recuerdos los tengo de más mayor. Mis recuerdos de EGB son
mayoritariamente recuerdos de tristeza, dolor, pena… pero con estos capítulos
de los martes, compartiéndolo con mis amigos, mi familia, vosotros… puedo decir
que lo tengo superado. Que es un trabajo diario el que tengo que hacer. Que la
sociedad de hoy día no ayuda a niñas, mujeres que se salen de los cánones que
ellos consideran los ideales. Pero no sabemos lo fuertes que somos hasta que
conseguimos superar todos los baches que nos pone la vida. Porque nada es
imposible. Y si te lo crees, eres imparable.
Así
que solo puedo decirte que luches por tu felicidad cada segundo de tu vida. Que
se está mucho mejor cuando se está bien.
Muchas
gracias
Coral ·💋
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