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Mostrando entradas de febrero, 2018

Descansa en paz

Hola abuelo, Esta mañana te has marchado de repente. Nadie se ha podido despedir de ti. Para ti la mejor manera. Pero ahora que lo pienso para todos creo que también es la mejor manera. Estas despedidas no son agradables para nadie. Estas despedidas son las que no quieres hacer nunca.   … Mi abuelo, Ramón, tenía 94 años. Al igual que mi abuelo Mariano, lo adoraba. Con esto no quiero decir que a mis abuelas, vivas, no las adore. Algún día ya hablaré de ellas. Con esto quiero decir que a los dos abuelos los adoraba con locura. Con mi abuelo Ramón me marchaba de vacaciones cada año una semana en verano. Mi abuela, mi abuelo y yo. Nos marchábamos a la playa, en un apartamento que tienen. Me lo pasaba muy muy bien. A mi abuelo le encantaba leer y yo siempre le decía: “¡Abuelo cuéntame cosas, explícame cosas! ” Me encantaba escucharlo. No recuerdo muchas de las cosas que me explicaba, pero sí que recuerdo que hablábamos mucho. Me trasmitía su sabiduría, su experiencia, su t

Tú, mi sueño (parte 6) FIN

Pasaron los años, y aunque Mariana cada día lo tiene más superado, esto la acompaña casi siempre. Pero el sentimiento de ahora no es de dolor. Es un recuerdo. Un recuerdo de un hecho vivido pero que no le hace daño, ni recordarlo, ni hablarlo, ni compartirlo. De hecho, ahora tiene ganas de compartirlo. Lo tiene superado, no obstante, son cosas que recuerda debido a la sociedad en la que vivimos. A veces escucha la frase de gente más mayor que dicen que les gustaría volver a ser niños. Mariana siempre piensa que ella no. Yo ya estoy bien donde estoy. No quiero volver atrás. Lo vivido, vivido esta. De todo se aprende, de lo bueno y de lo malo. Esto fue una etapa de su vida y ahora solo tenemos que mirar el presente. Mariana solo quiere vivir en el presente. Disfrutar del presente. Aprovechar el presente. ¿Mañana? Mañana está muy lejos, ya verá. ¿Ayer? Ayer ya está pasado, no me interesa. ¿Hoy? Hoy es lo mejor, vamos a vivirlo.   Para Mariana también ha sido una adolescenc

Érase una vez...

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...una sola vez.  A raíz de la obra de teatro que fui a ver el mes de diciembre, que se llama Una vez al año, empecé a pensar la cantidad de veces que decimos: “sólo hoy”, “una vez al mes”, “una vez al año no hace daño”… Desde hacer dieta y saltarte un día el régimen, a comprar alguna cosa que no necesitamos pero como es económica la compramos, ir a algún restaurante en concreto, caer en tentaciones... En definitiva, seguro que tú también lo has dicho más de una y dos veces. Por otro lado pensé que tenemos muchas cosas que tendríamos que hacer una vez al día, una vez a la semana, una vez al mes, una vez al año… por ejemplo, en temas de alimentación mi padre siempre me dice: “esto lo tienes que comer una vez cada X” y siempre le contesto lo mismo: Solamente con todas las cosas que tenemos que hacer una sola vez, ocupan todas las veces. Me explico. Por ejemplo, en la alimentación; comer fruta, verdura, pescado, carne, huevos, frutos secos, legumbres, arroz… beber m

Tú, mi sueño (parte 5)

Mariana estuvo llorando una semana. No quería aceptar que no volvería a ver a su abuelo nunca más. Era con la persona que más cómoda en el mundo se sentía. Con él se sentía querida. Con esto no quiero decir que con el resto de su familia no se sintiera querida. Con esto quiero decir que con su abuelo es con quien más querida, más respetada, más importante, más admirada… se sentía. Él se lo demostraba siempre, cada día. Así que con su pérdida ella también se sentía perdida. A lo mejor su abuelo sabía que le pasaba a Mariana. Por esto aún le dedicaba un poco más todo este cariño. Mariana no ha dejado de pensar en su abuelo nunca. Cada día de su vida piensa en él. Incluso muchas noches sueña con él. Aún a día de hoy, se pregunta porque su abuelo se marchó tan temprano. Lo hecha mucho de menos. Mariana lo adoraba. Y su abuelo la adoraba a ella. Muchas veces, ya de mayor, cuando Mariana tiene que tomar alguna decisión, cuando le pasa alguna cosa, ya sea laboral, personal, se pregu

Fin de año a Galicia

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Holiña! ¿Qué tal estáis? Espero que muy bien. En el post de hoy voy a hablaros de mi viaje de fin de año que hice del 29 de diciembre de 2017 al 3 de enero de 2018 a Galicia. Llevo cuatro años celebrando el fin de año fuera de casa. Empecé por Paris, seguido de Londres, de Madrid y este año Santiago. Aunque sean 3 días es una excusa para hacer una escapadita. Por lo que se refiere a los precios puedes encontrar buenos precios si lo miras con tiempo. Ahora evidentemente no lo miraré, pero en mayo, junio de 2018 sí que empezaré a mirar viajes para fin de año 2018-2019. Soy de las que les gusta tener las cosas bastante organizadas y planificadas. A parte en estas fechas es conveniente mirarlo con tiempo ya que puede salirte más barato que si esperas a ultimo momento. Así que ya sabéis, si alguna vez habéis pensado en iros de fin de año fuera empieza a mirarlo seis meses antes.   Bueno, a lo que vamos. Hoy viajaremos a Galicia. Día 1, de ida. Como viene siendo costumbre en mis últ

Tú, mi sueño (parte 4)

¿Quién era él? ¿Quién era su él? ¿Quién sería su él? Los chicos y chicas de la clase de Mariana empezaban a tener novios y novias. Ella no. Incluso muchas veces no le gustaba nadie. No se gustaba ni a sí misma. Seguía con sus visitas al psicólogo pero ahora ya menos a menudo. Una vez a la semana, una vez cada dos semanas, una vez al mes y así progresivamente hasta dejar de ir. Ella pensaba, ¿quién puede ser mi novio? Pero no le gustaba nadie. En su cabeza solo se repetía la frase que ella no encontraría a nadie. Ella nunca tendría novio. A mí no me querrá nadie se decía. ¿Quién va quererme a mí siendo gorda? Nadie. Así que ya no quería que nadie le gustase, porque como no sería su novio, ya no quería sufrir más. Ya tenía suficiente con lo que sufría con el otro tema en soledad. Y, es curioso, pero con su hermano se escondían de sus abuelos y comían chuches y potajes que se hacían ellos mismos. Mariana nunca perdió el hambre.   Una semana en la Super Pop o en algu

Despedida

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Despedida. O hasta pronto. O no es un adiós sino un hasta luego. Cuando no quieres despedirte de alguien es más difícil decir adiós. Hoy en día, es verdad que con las redes, es como si todos estemos más cerca, no obstante el contacto físico no lo sustituye ninguna red social . Por segunda vez he tenido que despedirme de una amiga. Se marcha otra vez a continuar su aventura por Australia. Y digo otra vez porque hace un par de años estuvo allí viviendo. Y volvió. Y ahora se ha vuelto a marchar. Con ella pasé todo el día de mi cumpleaños. Eran como dos celebraciones, mi aniversario y su hasta pronto-mucha suerte. La verdad es que la admiro. A mí me costaría mucho hacer lo que ella hace. La primera vez que se marchó todo fue muy rápido. Yo quedé con ella a Barcelona, ya que por aquel entonces ella trabajaba en la Sagrada Familia. Era julio y me dijo así de golpe y sin avisar en agosto me marcho a Australia. ¡ Me lo dijo como quien pide un café! Hablábamos a menudo por what